lunes, 13 de diciembre de 2010

Tragedia en Colombia ¿Culpa del calentamiento global?

Por Lisímaco Henao Henao.

Colombia, como otros lugares del mundo, atraviesa por un momento doloroso de inundaciones, desbordamientos y deslizamientos que afectan a millones. Es un momento en el que se hacen patentes las pobrezas y el abandono estatal, pero también es un momento en el cual podemos reconocer nuestra ignorancia acerca de las causas y el sentido de lo que ocurre.

Muchos periodistas, presentadores y presentadoras de noticias, se afanan en afirmar que estas tragedias son debidas “al cambio climático” e incluyen la palabra “culpa” dentro de su discurso (“las inundaciones por culpa del cambio climático” dicen). En muchos círculos escuchamos repetir esta falacia una y otra vez, y en el tono en que se dice podemos percibir cierta euforia que parece afirmar: “estamos felices pues por fin encontramos la culpa y al culpable”. Entonces sucede lo que sucede siempre con la culpa: paraliza e impide que se movilicen las imágenes pues –como aprendimos con el analista venezolano Rafael López-Pedraza-, la culpa carece de imagen, y si esto es así, menos entonces va a dinamizar otras imágenes. Al descubrir la culpa de nuestras catástrofes humanas nos quedamos sin la posibilidad de escuchar al mundo…

¿Escuchar al mundo? ¿De qué se trata?. Estos periodistas me recordaron un texto de James Hillman titulado Anima Mundi; un texto pleno de críticas a la psicología profunda que, según él, corre el riesgo de atender al alma individual como único espacio de origen y remedio de toda patología. Para Hillman la psicología se alía entonces con la retirada del alma del mundo, en otras palabras, olvidamos que el mundo también tiene sus patologías y podríamos decir que nos inunda con sus imágenes de fealdad, desastre, derrumbamiento y desorden (correspondencias exteriores de nominaciones clínicas como baja autoestima, psicosis, depresión o hebefrenia). El autor lo expresa de la siguiente manera:

No es sólo que mi patología se proyecte sobre el mundo, sino que éste me inunda porque no escucho su sufrimiento.

¿Qué hay que escuchar del mundo en este momento? ¿De qué nos habla?... quizás, en primer lugar, de quienes dejaron de escuchar y se apartaron a sus mansiones mientras sus poderosas industrias arrojan miles de barriles de desechos tóxicos a los mares y ríos o los entierran en lugares alejados del planeta; en segundo lugar, de los gobernantes que olvidaron escuchar, que no firman los tratados internacionales para la supresión de la contaminación y permiten que en sus países todo se solucione con multas que, sin importar lo multimillonarias que sean, se constituyen en licencia para que el penado continúe su práctica. Y en tercer lugar, el mundo habla de mi propio olvido expresado en las cotidianas prácticas con las que demuestro que no se escuchar a la belleza que se me quiere transmitir y que, por el contario, sirven a la ocultación de dicha belleza.

Todas las voces que hoy dicen que los miles y millones de damnificados en el mundo sufren por culpa del cambio climático, me recuerdan que hemos olvidado escuchar. Me recordaron no sólo a López-Pedraza y a Hillman, sino también al director indio M. Night Shyamalan, quien un día inventó un cuento para dormir a sus hijos, un cuento en el que los seres de la naturaleza intentaban volver a conectarse con los seres humanos. Este cuento se convirtió en una bella película y, en ella, se hace evidente que la naturaleza puede ser menos altisonante cuando le escuchamos a través de nuestra propia naturaleza, cuando volvemos a sentir nuestra alma en el alma del mundo.

En la película aparece el agua como el elemento protagonista personificado en una ninfa. Quizás el agua intenta hablarnos de cómo debemos integrarnos (fluir) con las cosas y con el mundo en general. Quizás no sólo es un sistema inteligente del planeta para intentar enfriarse (calentamiento global)

A continuación los dos primeros minutos de “La Dama del Agua” (Warner Bros 2006), hermosa síntesis de la fábula que desarrolla la película.

(Para saber cómo aportar al alivio de los damnificados en Colombia diríjase a la web www.cruzrojacolombiana.org.)