sábado, 4 de febrero de 2023

Arquetipos y estereotipos: CUANDO EL HÉROE NO PARECE MUY HEROICO.

Fragmento de un libro en preparación.  

"Hoy sabemos que el mito heroico expresa ese esfuerzo del Yo (Ego) por salir de su estado infantil y dirigirse hacia su propio destino, pasando por una serie de experiencias que pondrán a prueba sus disposiciones personales. Podríamos decir entonces que todo esfuerzo por moverse desde la comodidad de lo conocido hacia lo inquietantemente nuevo, es un esfuerzo heroico y constela el arquetipo del Héroe o de La Heroína como apoyo inconsciente. Renunciar a un trabajo que ya sabemos hacer y que nos ofrece una recompensa monetaria, pero que ya no nos da satisfacción o comienza a maltratarnos, puede ser un acto heroico por completo. No obstante, pensando en esos entornos en donde las opciones laborales son mínimas, quizás lo heroico es quedarse en ese trabajo en aras de un bien mayor, por ejemplo, la sobrevivencia individual o del grupo, e incluso para esto el arquetipo del Héroe tiene una faceta: la del sacrificio. Esta palabra, que genera sospecha y repelús en muchas personas, dado que sacrificarse ha llegado a significar, muchas veces, ceder el ser por completo, designa un movimiento heroico muy importante, cuando el arquetipo nos impulsa a poner a prueba nuestra capacidad para la entrega al bien común, para la espera en aras de algo mejor más adelante o para la “mortificatio” del “principio del placer”, una incomodidad necesaria para el desarrollo de un desplegarse del ser que es diferente, aún dándose como una actitud nueva dentro de lo viejo. Si esto no fuera posible, no veríamos a millones de personas desarrollando esas tareas repetitivas que el hiperproductivismo capitalista exige y, al mismo tiempo, desarrollando también una vida rica en experiencias sociales e individuales. Una de las cosas que más dificulta la valoración de estas vivencias, es la actual tendencia a la sobrevaloración del emprenderismo y la autonomía, que pueden ser la nueva cara del individualismo occidental, que anima contínuamente a que todos deberíamos ser "nuestro propio jefe" o a que nadie trabaje para nadie (otros términos vienen sumándose a esta nueva parafernalia del Yo: reinventarse, ser la mejor versión de ti mismo, etc.). Se trata de otro ideal, otro aspecto del estereotipo en el que la psicología tiene el trabajo pendiente de penetrar profundamente.

En la vida de pareja también se dan esos casos en los que las condiciones exigen quedarse un tiempo más del "idealmente dictado" en una relación que resulta displacentera en muchos sentidos. Nos es muy fácil criticar a estas personas como faltas de coraje, de inteligencia o de "deconstrucción". Pero sólo escuchando en profundidad podemos comprender experiencias muy lejanas a la nuestra, con otras condiciones que quizás promuevan otra forma de desarrollo. Hoy en día, nos llega a parecer que lo ideal es la separación frente a cualquier asomo de concesión o negociación entre las partes, pues todo parece un sacrificio del ser hombre o del ser mujer, del ser (excluyo aquí, por supuesto, experiencias de violencia que a estas alturas de la evolución humana debe evitar cualquier mujer y cualquier hombre). Pero como afirmé más arriba con respecto al trabajo heroico, hay esperas que también permiten crecer. Puede que me equivoque en cuanto a esto, pero de lo que sí estoy seguro, es de que ampliar mi rango de observación de lo heroico, me permite comprender a personas que "todavía no" o que "definitivamente no", van a hacer el movimiento "ideal" propugnado por las psicologías al uso.

Hoy en día algunas tendencias psicológicas animan con ahínco la renuncia al trabajo, a la pareja, a la familia, como formas heroicas que se van estereotipando al literalizar el mito. Hace carrera el estereotipo del héroe, de la heroína, que "deja ir siempre" y, con eso, perdemos opciones, muchas opciones de comprensión necesarias y de respeto hacia otras formas del vivir que, incluso, podríamos llegar a experimentar nosotros mismos. El arquetipo de El Héroe, en cambio, nos permite vislumbrar un espectro de experiencias mucho más amplio y comprender realidades que, de lo contrario, vamos a terminar satanizando, siendo estas las únicas a las que muchas personas pueden acceder. Es injusto subvalorar a una psique porque no experimenta la vida como lo dictan nuestros ideales, nuestra teoría o nuestro propio camino. Ponerse como ejemplo es a veces una herramienta y a veces un verdadero veneno; al identificarnos con el Héroe o la Heroína literalizados, activamos un movimiento sobrecompensador de la psique, lo que el Yo experimentará como una verdadera tragedia. Este fenómeno se encuentra representado en la mitología griega, cuando un humano que había decidido vivir “como si” fuera este o aquel dios, era castigado por esa misma divinidad. En el mito heroico esto es conocido como la hybris, la inflación por orgullo.

No olvidemos que un arquetipo es, primero que todo, un patrón universal que ningún ser humano, por humilde o desentendido que sea de esta teoría, escapará de personificar en algún momento. La verdadera visión psicológica consiste en detectar la experiencia heroica allí donde parece no haberla, dado el esquema académico o el estereotipo imperante.

Lisímaco Henao Henao.

Analista Junguiano SCAJ-IAAP

Un apunte adicional a la observación del arquetipo del héroe para el libro "Arquetipos y Estereotipos. En la teoría, en la psicoterapia y en la vida". Obra en preparación.