miércoles, 13 de octubre de 2010

La filosofía de los sueños. Swami Sivananda

A manera de introducción  a mi próximo seminario El significado de los sueños (Medellín, Octubre 23), transcribo apartes del libro La filosofía de los sueños (Librería Argentina Ediciones, Buenos Aires, 2008), del maestro yogui Swami Sivananda (India 1887-1963). Llama la atención la forma como el autor trata el tema de la realidad en la perspectiva onírica, llegando a conclusiones análogas a las de la psicología analítica con respecto al concepto de realidad psíquica, a saber, que existe un mundo de fenómenos internos con tanta consistencia y efectividad como los de la realidad física. El autor llega a una sorprendente conclusión: resulta tan posible, lógico y “verdadero” negar la existencia de la realidad física como la de la psíquica.




La filosofía de los sueños.
Swami Sivananda

“Chuang Tze, un filósofo taoísta Originario de China, soñó una vez que era una mariposa. Al despertar se dijo a sí mismo: ¿Ahora, soy un hombre soñando que es una mariposa, o soy una mariposa pensando que soy un hombre?”

PODRÍA AFIRMARSE QUE LOS OBJETOS DEL SUEÑO SON EXTRAÑOS, FANTÁSTICOS Y ANTINATURALES Y QUE POR LO TANTO, LA VIGILIA NO PUEDE SER COMO UN SUEÑO.

Pero las experiencias en el sueño, aunque sean grotescas y anormales, no son anormales para el que sueña. Aparecen como experiencias fantásticas sólo en un estado diferente, a saber: la vigilia.

Uno no puede decir qué es verdaderamente fantástico y qué es normal y real. La mente da valor a los objetos y su concepto de normalidad y anormalidad cambia conforme al estado en que la mente se encuentra. No existe un estándar permanente de normalidad, belleza, o decoro, ni en la vigilia ni en el sueño, que pueda resultar satisfactorio en todo momento.

El sujeto que sueña tiene su propio concepto del espacio, el tiempo y la causalidad, de la misma forma que en la vigilia tiene sus propias ideas al respecto. Un estado es absurdo cuando se compara con el otro. Lo que demuestra que ambos estados carecen de lógica y que, por lo tanto, son absurdos desde un punto de vista más elevado.


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SE PODRÍA DECIR QUE LOS OBJETOS VISTOS DURANTE LA VIGILIA NO SON MERAS IMAGINACIONES MENTALES, PORQUE LOS OBJETOS DE LA EXPERIENCIA DE VIGILIA SON VISTOS TAMBIÉN POR OTRAS PERSONAS, TANTO SI LA MENTE DE UNO LOS EXPERIMENTA COMO SI NO.

Pero se ha visto que en el estado de sueño, también los objetos de la experiencia están abiertos a la percepción de otras personas, aunque tanto las personas como los objetos son todos ellos imaginaciones subjetivas.

Podría argumentarse que en la vigilia percibimos a través de los órganos de los sentidos y no simplemente por medio de las ideas. Pero se ha visto que en el sueño también percibimos a través de los órganos de los sentidos pertenecientes al estado de sueño, los cuales no son menos reales que los órganos del estado de vigilia. Como el estado de sueño es irreal, la vigilia debe ser irreal.

EL MUNDO OBJETIVO DE LA EXPERIENCIA DE VIGILIA NO PUEDE TENER EXISTENCIA INDEPENDIENTE, PORQUE ES DEPENDIENTE DEL SUJETO QUE LO PIENSA O PERCIBE.

El objeto se llama objeto, justo porque existe un sujeto que lo percibe. Análogamente, un sujeto se llama sujeto justo porque hay un objeto percibido. Ninguno de los dos existe por sí mismo y por lo tanto, muestran ellos mismos que ambos son irreales.