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Resulta penoso para muchas personas introvertidas vivir en un mundo construido a "imagen" de las necesidades extravertidas: estímulo exterior constante, ambientes ruidosos, sobrevaloración de objetos, aceleración, exigencia de respuestas inmediatas, colectivización, y, sobre todo, sobrevaloración de la extraversión; con todo ello las personas introvertidas, casi desde niñas, corren el riesgo de sentirse mal consigo mismas, inapropiadas e incluso enfermas. mientras que aquellos que viven con ellas tienden a subvalorarlas o a sospechar algún tipo de daño psicológico.
En 1921 Jung se hizo mundialmente conocido gracias a la publicación de sus ideas sobre la manera como los estilos de personalidad (extravertido o introvertido) influyen en todos los ámbitos de nuestra vida interior y exterior (Tipos Psicológicos, tomo 7 de las Obras Completas en Editorial Trotta). Ya en 1912 había publicado un estudio acerca de la forma como el tipo psicológico tanto de Sigmund Freud como de Alfred Adler, determinaba sus particulares visiones sobre la neurosis y en general sobre la energía psíquica y sus valores (la importancia del objeto para el primero y la del sujeto para el segundo); a partir de estas conclusiones Jung se planteó que no era posible desvalorizar a ninguna de las dos teorías, que las dos podían ser verdaderas tanto para sus autores como para sus seguidores y que, más importante aún, era posible encontrar una tercera vía que partiendo de la crítica a aquellas, y de nuevos hallazgos, les hiciera justicia y fuera una propuesta renovadora.
Resulta penoso para muchas personas introvertidas vivir en un mundo construido a "imagen" de las necesidades extravertidas: estímulo exterior constante, ambientes ruidosos, sobrevaloración de objetos, aceleración, exigencia de respuestas inmediatas, colectivización, y, sobre todo, sobrevaloración de la extraversión; con todo ello las personas introvertidas, casi desde niñas, corren el riesgo de sentirse mal consigo mismas, inapropiadas e incluso enfermas. mientras que aquellos que viven con ellas tienden a subvalorarlas o a sospechar algún tipo de daño psicológico.
En 1921 Jung se hizo mundialmente conocido gracias a la publicación de sus ideas sobre la manera como los estilos de personalidad (extravertido o introvertido) influyen en todos los ámbitos de nuestra vida interior y exterior (Tipos Psicológicos, tomo 7 de las Obras Completas en Editorial Trotta). Ya en 1912 había publicado un estudio acerca de la forma como el tipo psicológico tanto de Sigmund Freud como de Alfred Adler, determinaba sus particulares visiones sobre la neurosis y en general sobre la energía psíquica y sus valores (la importancia del objeto para el primero y la del sujeto para el segundo); a partir de estas conclusiones Jung se planteó que no era posible desvalorizar a ninguna de las dos teorías, que las dos podían ser verdaderas tanto para sus autores como para sus seguidores y que, más importante aún, era posible encontrar una tercera vía que partiendo de la crítica a aquellas, y de nuevos hallazgos, les hiciera justicia y fuera una propuesta renovadora.
En la conferencia que compartimos aquí, la psicóloga estadounidense Susan Cain nos ofrece un panorama general del funcionamiento psíquico y social de extravertidos e introvertidos, y valiosas críticas a un mundo (el occidental), que fomenta masivamente la extraversión, mientras parece castigar e incluso patologizar la conducta y al ser introvertido (recordemos que incluso se ha relacionado este tipo de personalidad con una forma peculiar de narcisismo, lo cual desvirtúa totalmente el hecho de que millones de personas han vivido durante la historia su natural introversión, y más aún, como nos cuenta Susan Cain, muchísimas de ellas han coadyuvado desde allí al desarrollo de la consciencia). La conferencista es autora del libro "Tranquilo. El poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar." Crown Publishers Ed.
Resaltamos el cuidado al que llama la autora, que consiste en no idealizar a ninguno de los dos tipos de actitud, sino en ver cómo cada uno de sus rasgos son necesarios en el diario vivir.
Resaltamos el cuidado al que llama la autora, que consiste en no idealizar a ninguno de los dos tipos de actitud, sino en ver cómo cada uno de sus rasgos son necesarios en el diario vivir.